Vendiendo mis joyas hechas a mano en un mercadillo, 1975
París: La ciudad que reavivó mi fuego
A pesar de mi profundo amor por la joyería, estudié Económicas en Chicago porque creía que era la decisión más sensata.
Pero mi corazón nunca abandonó el oficio. Fue un viaje a París que me cambió la vida lo que reavivó mi pasión.
El espíritu artístico de la ciudad, sus calles llenas de historia y romanticismo, me abrumaron.
En París volví a enamorarme, no sólo de la ciudad, sino también del arte de la joyería.
Decidida a profundizar en el tema, viajé por Europa y estudié con maestros que me enseñaron las técnicas ancestrales que ahora definen mis creaciones.